miércoles, 21 de enero de 2015

Problemas fiscales y redistributivos

Tomado de: https://racionalidadltda.wordpress.com/2015/01/21/problemas-fiscales-y-redistributivos-en-colombia-segunda-parte/ Problemas fiscales y redistributivos en Colombia Publicado el enero 21, 2015 por experimentosemar • Publicado en Economía institucional • Deja un comentario 978 Anderson Daniel Soledad Serrano En este artículo los autores buscan dar una perspectiva general de cómo se pueden argumentar las transformaciones del Estado. Estrada et al. (2010) indica que se pueden ver reflejadas en los ingresos, el gasto y el empleo. La información que suministra el DANE sobre los ingresos es más sencilla y ordenada que la de gasto y empleo. Esta diferencia se explica debido a que el recaudo de los impuestos es más centralizado mientras que las ramificaciones del gasto son diversificados. En el documento se muestran las relaciones entre el Estado y la economía, las cuales se clasifican en diferentes criterios. El primero que se menciona son las fallas del mercado y su corrección por parte de la intervención estatal: externalidades, tragedia de los comunes, provisión de bienes públicos, monopolios, problemas medioambientales, transparencia de la información, acción colectiva, problemas institucionales. En segundo lugar se menciona las fallas del gobierno, que incluyen temas como la ineficiencia del sector público, particularmente de la empresa pública, monopolios públicos y corrupción. Las interacciones entre el Estado y el mercado han sido analizadas desde diferentes perspectivas sin que en el caso colombiano se le haya prestado atención a la función del Estado en el contexto de la teoría política comparada. Estrada et al. (2010) muestra en el documento una perspectiva histórica en la cual se hace mención al Estado y su papel en la economía. El Contrato y el Leviathan: con la aparición del capitalismo se da el nacimiento del iusnaturalismo que muestra una nueva concepción acerca de la sociedad y el individuo. Esta teoría sanciona el ascenso de la burguesía como nueva clase en el poder, que estructura las relaciones económicas de una manera completamente distinta a las heredadas del Antiguo Régimen. El Estado bajo las ideas mercantiles: para Estrada et al. (2010) los mercantilistas y su economía es servir a los superiores intereses del Príncipe en últimas, a los intereses del Estado. La economía no se concibe como un fin en sí misma sino como un medio para engrandecer el poder nacional. El propósito claro en la literatura mercantilista es la consolidación de la unidad nacional. Se da el poder nacional el cual favorece la reducción de los enormes costos de transacción que suponía la existencia de múltiples unidades territoriales con jurisdicción propia, unidades de pesos y medidas distintas, inseguridad en los caminos. El Estado en la fisiocracia: Los fisiócratas se refieren a la bondad de la intervención del Estado en la economía. La consideraban inconveniente a la luz de lo sucedido con los estados absolutistas. Justamente a los fisiócratas se atribuye la frase “laissez faire, laissez passer, lemonde va de lui même”. La intervención del Estado en la economía es contraproducente ya que implica alterar un orden natural que funciona perfectamente. El Estado en el liberalismo: el liberalismo se presentaba como una alternativa profundamente revolucionaria. el Estado debe limitarse a cumplir funciones que tengan el fin de proteger la vida, la libertad y la propiedad. Las ideas del liberalismo clásico no deben con la ideología neoconservadora contemporánea que pretende supeditar al mercado todas la demás instancias de la sociedad. El Estado en las ideas socialistas: según los autores estas ideas son el contraste con el liberalismo, los socialistas le asignan al Estado una gran importancia capital. En el conflicto entre individuo y sociedad, el socialismo apuesta por la colectividad. La producción o la propiedad se conciben como un producto social. Para los socialistas, el mercado no repara en el hecho de que las contribuciones de los individuos son desiguales en razón de que parten de condiciones iniciales desiguales. El Estado mixto: según Las ideas de Keynes median entre el liberalismo radical y el socialismo, entre el Estado mínimo del laissez faire y el Estado máximo del socialismo. La economía mixta de tipo keynesiano pretende salvar el trade off que existe entre la eficiencia predicada por el liberalismo y la equidad buscada por los socialistas. Además de las razones teóricas, la aparición de economías mixtas fue también una exigencia derivada de la realidad de un capitalismo que puso en evidencia los fracasos de la autoregulación. La intervención del Estado después de la crisis de los años veinte se hizo necesaria. El retorno del liberalismo: En Chile, después del golpe de Estado del año 1973 se adelantaron políticas liberales. En la práctica, estos programas buscan la retirada del gobierno del control de las economías. Con el aval del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, universidades y centros de pensamiento, estas ideas se propagaron rápidamente por casi todos los países, incluyendo a los antiguos socialistas. La intervención estatal fue cuestionada porque no contribuye a solucionar los problemas de justicia que supuestamente son generados por el sistema capitalista. Del Estado liberal al Estado regulador: En las sociedades actuales se han intensificado las funciones regulatorias del Estado. Las actividades económicas responden a normas y criterios decididos por el Estado. En Colombia, el Estado Social de Derecho de la Constitución de 1991 exige que la organización y la administración deban servir a las necesidades de los ciudadanos. Para que esto sea posible se requiere que la información sea un bien público. Se necesita, además, el fortalecimiento de la institucionalidad y de la seguridad jurídica. Ello se manifiesta en mecanismos adecuados de rendición de cuentas y de gestión transparente. Estado empresario: Hasta hace pocas décadas se pensaba que el Estado podía ser un buen sustituto del mercado en todas aquellas actividades en las que estuviera de por medio el “interés público”. La preocupación por lo colectivo se relacionaba directamente con el aparato de Estado. Se consideraba que los mercados no eran del interés público porque estaban animados exclusivamente por el afán de lucro. El Estado impulsor: La figura del Estado impulsor no ocupa un lugar central en la literatura. Sin embargo, es fácil mostrar el proceso de industrialización difícilmente habría podido llevarse a cabo sin el Estado. El “milagro” asiático fue posible gracias al impulso decidido y explícito del Estado. Después de la II Guerra Mundial, el consenso era que si el Estado había sido capaz de gestionar la economía durante la guerra también podría hacerlo durante la paz. Una expresión muy feliz de esta concepción es la formulación del Plan de Desarrollo las Cuatro Estrategias, pensado por el economista Lauchlin Currie, quien años atrás estuvo cerca del programa del New Deal estadounidense. La estructura de las economías de mercado en los países desarrollados de la posguerra tiene la honda imprenta del Estado impulsor, es decir, un Estado que tiene la capacidad de inducir determinados comportamientos de parte del sector privado mediante esquemas de incentivos que enmarcan mas no sustituyen la iniciativa privada. Estos incentivos pueden ser negativos o positivos. En el segundo caso, de ordinario se denominan “política industrial”, que fueron parte de un debate muy amplio en los años finales del siglo XX. Problemas fiscales y redistributivos en Colombia. Segunda parte Publicado el enero 21, 2015 por experimentosemar • Publicado en Economía institucional • Deja un comentario 979 Anderson Daniel Soledad Serrano Ya para hablar de la idea de Estado en Colombia Estrada et al. (2010) hacen un recuento de su papel en la economía colombiana. En la reforma de 1936 se le dio facultades al Estado para intervenir en la economía a través de la racionalización de la producción, la distribución y el consumo, así como la protección de los trabajadores acorde con los derechos adquiridos. Ya para finales de los años cincuenta se dio nacimiento al Consejo Nacional de Política Económica y Planeación, el Departamento Administrativo de Planeación y Servicios Técnicos, que son entidades encargadas de recomendar los comportamientos en materia de política económica. Otro de los aspectos para analizar fue la reforma administrativa de Lleras en 1968, los autores destacan la modificación de las estructuras del Consejo, y las entidades anteriormente mencionadas se transformaron en el Consejo Nacional de Política Económica y Social, y en el Departamento Nacional de Planeación (DNP), en este orden, En los años setenta se consolidan los planes de desarrollo, pero desde la segunda mitad de los ochenta la planeación del sector real va perdiendo importancia, y los planes de desarrollo se convierten en programas de manejo presupuestal, sin visión de mediano y largo plazo. El DNP pierde el horizonte estratégico y se convierte en una entidad que programa y regula la inversión de corto plazo. Continuando, ya para el mandato de Alfonso López Michelsen (1974-1978), se le dio un nuevo renacer a los programas sociales con la ley de nacionalización de la educación, y el Programa de Alimentación y Nutrición (PAN), y el Desarrollo Rural Integrado (DRI). También se modificó la política minera, al eliminar el sistema colonial de “concesiones” y sustituirlo por el de “contratos de asociación” entre las empresas del Estado y las firmas internacionales. Durante la administración Turbay Ayala las inversiones por parte del Estado en infraestructura se convirtieron en el centro para el crecimiento del plan de desarrollo. Y ya para el periodo de gobierno de Belisario Betancur (1982-1986), se emprendió el plan de vivienda popular más ambicioso en la historia del país y comenzaron a dar fruto las políticas mineras adoptadas desde 1974. Durante la administración Barco (1986-1990) se puso énfasis en lo social, concretamente en lo que se llamó la eliminación de la pobreza absoluta. Para este mandato se inició el proceso de apertura de forma gradual. Para el periodo presidencial de Cesar Gaviria (1990-1994) la idea modernización del Estado fue la prioridad principal. Con lo que se acentúo la apertura de la economía, puso en primer lugar la lucha contra la inflación y buscó la minimizar el papel del Estado dejando todo en manos del mercado y del sector privado. En la administración Samper (1994-1998) se denominó Salto Social al plan de desarrollo con el que se pretendía alcanzar tasas de crecimiento que permitieran atacar la pobreza de millones de colombianos. El gobierno trató de corregir los desbalances estructurales en la cuenta corriente que había causado la apertura, y la revaluación del peso, pero el margen de acción de las autoridades económicas se redujo considerable con el llamado “proceso 8.000”. Con el señor Andrés Pastrana (1998-2002) el país intento lograr la paz y acabar con tantos años de violencia. La crisis económica colombiana de 1999 fue consecuencia de los problemas estructurales que comenzaron en 1991, y que no se resolvieron durante la administración anterior. El gobierno de Uribe (2002-2006) puso énfasis en conseguir una seguridad con mano dura contra los grupos al margen de la ley, dado esto como condición para lograr una economía moderna y prospera. Ya con el transcurrir de su mandato, la función reguladora del Estado ha alcanzado altos niveles de importancia. Finalmente en el país el conflicto político y social ha logrado convivir con niveles de desarrollo intermedios, con una estabilidad macroeconómica, y con un sistema democrático imperfecto pero que se puede mantener. La precariedad del Estado se refleja en su incapacidad para reducir los conflictos agrarios, las luchas guerrilleras y la imposición del narcotráfico. La descentralización del poder político fue cediendo terreno a la capacidad mafiosa de algunas agrupaciones que crearon estados a nivel local, implantando sus reglas y leyes. Para los autores llegar a deducir de que el Estado colombiano haya perdido el territorio suena precipitado, aunque es evidente que existe un conflicto armado evidente en distintas regiones de la geografía política. Entre 1988 y el 2005 se presenta una elevada tasa de homicidios y masacres. Los representantes del Estado a nivel local abandonaron sus compromisos, o fueron doblegados por las amenazas e intimidaciones de los agentes violentos. El escándalo de la “parapolítica” muestra que prima sobre la vida social la colaboración individual de algunos ciudadanos en el conflicto. La dinámica de las masacres se dio en forma ascendente. Mientras el país mantenía tasas de crecimiento económico razonables, la lógica de expansión de los grupos de autodefensa creaba un corredor territorial y estratégico que dividía geográficamente al norte del centro del país. Una economía de orden formal entró en competencia con modalidades informales de producción derivados de la coca. Este hecho pone de presente que el Estado representaba una unidad fragmentada en localidades expuestas permanentemente al riesgo de un poder en mano de otros entes. Bibliografía Fernando, Estrada, Jorge, Gonzalez, Alberto Castrillon & Mauricio, Perez, (2010). “Problemas fiscales y redistributivos en Colombia”, Universidad Externado de Colombia, Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales.

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