domingo, 22 de junio de 2014

el poder del sexo desde la ciencia económica

TOMADO DE: http://racionalidadltda.wordpress.com/2014/06/20/el-poder-del-sexo-en-la-economia/ El poder del sexo en la economía Publicado el junio 20, 2014 por experimentosemar • Publicado en Aplicaciones • Deja un comentario 678 Mariana Isabel Sierra Alarcón Las tasas de matrimonio han llegado a un mínimo histórico, mientras que los ingresos anuales de la industria de citas online están en su máximo histórico. Pero, alguna vez se han preguntado ¿Por qué las relaciones románticas están cada vez más difíciles de sostener por estos días? ¿Por qué cada vez menos parejas se casan y quienes lo hacen por qué cada vez más tarde? A partir de esto hablaremos de la economía del sexo, donde por un momento el sexo será una especie de intercambio, dentro del cual cada persona le da a la otra persona algo de sí mismo. Puede parecer a primera vista que ambos están dando lo mismo: acceso íntimo al cuerpo del otro, pero hay más aquí que lo evidente. Tanto los hombres como las mujeres disfrutan del sexo, todos sabemos eso; pero los datos nos dicen que los hombres y las mujeres experimentan el sexo en forma diferente. En promedio, los hombres tienen un deseo sexual mayor que las mujeres a causa de la testosterona, llámenlo como quieran, pero en promedio los hombres inician el sexo más temprano que las mujeres, son más permisivos sexualmente que las mujeres y conectan el sexo con el romance menos frecuentemente que las mujeres. Nadie está diciendo que esto es lo que tiene que ser: esto es lo que es. Las mujeres, por otro lado, son propensas a tener sexo por razones más allá del simple placer: sus motivaciones para el sexo frecuentemente incluyen expresar y recibir amor, fortalecer el compromiso, afirmar sentirse deseadas y seguridad en la relación. Así que en una relación de intercambio, donde los hombres quieren sexo con más frecuencia que las mujeres ¿Quién decide cuándo sucede? Ella lo hace, por supuesto, el sexo es su recurso, el sexo, en una relación condescendiente ocurrirá cuando la mujer lo quiera. Así que ¿Cómo una mujer decide comenzar una relación sexual? Los precios. Las mujeres tienen algo de valor que los hombres quieren, por desgracia, algo por lo que los hombres están dispuestos a sacrificarse. Así que, ¿Cuánto cuesta el sexo para el hombre? Puede costar nada más que unos pocos tragos y cumplidos, o un mes de citas y atenciones respetuosas o hasta una promesa de por vida de compartir todo su afecto, ganancias y riqueza con ella, exclusivamente. Los precios varían ampliamente, pero, si las mujeres son las guardianas ¿Por qué las mujeres no “cobran más” por así decirlo? Claro, es que los precios no los fijan únicamente las mujeres, el valor del mercado del sexo es parte de un sistema de intercambio social, una economía, si se quiere, donde hombres y mujeres aprenden unos de otros y de otras personas, esperando algo sexualmente del otro. Entonces, el sexo no es un asunto enteramente privado entre dos adultos que consienten, debe pensárselo como básicamente oferta y demanda, cuando la oferta crece, los precios bajan porque la gente no quiere pagar más por algo que se consigue fácil, pero si es difícil la gente pagará más. Y lo mismo ocurre con el sexo, los hombres saben que el sexo es barato actualmente, claro ¡Si saben dónde buscar! Así que, ¿Cómo llegamos aquí? ¿Cómo declinó el valor de mercado del sexo tan drásticamente? Los economistas hablan frecuentemente de shocks tecnológicos que alteran dramáticamente a los mercados, veamos los pesticidas, por ejemplo: Los pesticidas revolucionaron la agricultura permitiendo su producción masiva en un nivel inigualable en la historia de la civilización humana, el césped se volvió más verde, los productos mejoraron y ampliamente distribuidos con una variedad maravillosa, comemos como reyes, y el mercado cambió, para siempre. Ahora otro ejemplo: La anticoncepción artificial hormonal o “la píldora” permitió a hombres y mujeres tener sexo evitando embarazos, este fue un shock tecnológico que alteró el mercado de las relaciones para siempre, bajando drásticamente el costo del sexo, no fue un cambio repentino pero los efectos fueron… digamos… revolucionarios. Antes de la anticoncepción, el sexo antes del matrimonio tenía lugar durante la búsqueda de un compañero: El sexo no necesariamente significaba matrimonio, pero un compromiso serio era un requerimiento común para el sexo, el sexo estaba orientado al matrimonio. No crean en la gente que dice que sus bisabuelos eran secretamente tan casuales con el sexo como sus amigos, no lo eran, porque meterse con el sexo eventualmente, significaba… bueno, convertirse en padres. Así como en el ejemplo de los pesticidas que resulta que tenían efectos imprevistos que están haciendo estragos en el medio ambiente debilitando los sistemas naturales ecológicos de los que dependemos. Los científicos creen que a causa de los pesticidas la población de abejas está bajando en una tasa alarmante, un tercio de la comida que comemos depende de las abejas para polinizarse y esto es solamente un ejemplo. Ahora se teme que el exceso de pesticidas está hundiendo a la ecología como la conocemos en el caos. Mientras que el propósito original de la píldora era prevenir el embarazo, la información revela un efecto colateral inesperado: La píldora sumergió al mercado de citas en el caos. Tener sexo y pensar en el matrimonio, se convirtieron en dos cosas muy diferentes, ahora tenemos un mercado de citas dividido. Por un lado, la gente que está mayormente interesada en el sexo y por el otro, la gente que está mayormente buscando matrimonio, y hay más hombres buscando sexo que mujeres, y más mujeres buscando casarse que hombres. El mercado del lenguaje de citas, refuerza el concepto del mercado dividido, es más frecuenten que los hombres busquen diversión, mientras las mujeres buscan algo diferente. Ésta división pone a las mujeres en un particular problema, mejora sus chances cuando están buscando una relación sexual de corto plazo debido a que los hombres las superan en número, esto le permite a la mujer ser más selectiva en el corto plazo. Pero lo opuesto es verdad cuando deciden sentar cabeza, frecuentemente oímos la falta de compromiso de los hombres pero la cruda verdad es una realidad económica: Las mujeres superan ampliamente a los hombres en el mercado del matrimonio lo que significa que los hombres pueden ponerse exigentes y que pueden requerir una experiencia sexual antes de comprometerse, los hombres se encuentran en una posición de maximizar las ganancias mientras invierten menos recursos. ¿Por qué los hombres hacen esto? Porque pueden, en el pasado no era realmente el patriarcado el que vigilaba los intereses de las relaciones de las mujeres, eran las mujeres. Pero este acuerdo, este pacto silencioso para poner un valor de mercado alto para el sexo ha desaparecido completamente. En este mundo feliz, donde tener sexo no significa más tener bebés y el matrimonio es opcional la solidaridad que las mujeres sentían en el mercado de las citas, desapareció. Las mujeres ya no se cuidan las espaldas al contrario, ahora son competidoras y cuando las mujeres compiten por los hombres tienden a hacerlo apelando a lo que los hombres quieren. Los economistas dicen que una coordinación entre mujeres sería la forma más racional de elevar el valor de mercado del sexo, pero hay poca evidencia de que las mujeres lo estén haciendo hoy, o por lo menos no todavía. Hoy la economía de las relaciones sexuales contemporáneas claramente favorece a los hombres, en lo que ellos quieren, incluso cuando lo que ellos ofrecen en intercambio, disminuyó. Y todo se debe a la oferta, la demanda y el gran alcance de una pequeña pero muy notable píldora. Bibliografía Coyle, D. (2006). Sexo, drogas y economía: Una introducción poco convencional a la economía. Madrid: Thomson. Parte I: Capítulo 1, Sexo.

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