domingo, 16 de marzo de 2014

La selección natural aplicada a la economía

tomado de: http://racionalidadltda.wordpress.com/2013/09/27/la-seleccion-natural-aplicada-a-la-economia/ Publicado el septiembre 27, 2013 por experimentosemar Andrés Santiago Martínez Fonseca Charles Darwin revolucionó nuestra forma de concebir el mundo desde una perspectiva totalmente distinta a lo visto en su tiempo, rompiendo paradigmas, en especial aquellos dentro de los campos de la fe. Hoy en día muchos aceptan y otros aún debaten si la teoría de la selección natural y la evolución es aplicable al mundo o se queda en eso, una teoría. Pero este no es tema en el cual se quiere profundizar en este escrito, sin embargo hablar de la selección natural y seres más evolucionados que otros –si bien la diferenciación no se referirá en concreto entre seres humanos sino a aspectos de ubicación espacial, demografía y demás– nos compete si queremos referirnos intrínsecamente a un aspecto que solo el hombre como especie, ninguna otra, ha creado sobre la faz de la tierra pues “nadie vio jamás a un perro intercambiar, deliberada y equitativamente, un hueso por otro con otro perro” (Harford, 2008). Este campo es la economía y la gran variedad de incidencias que le rodean tanto geográfica, política, cultural e históricamente. En la historia de la humanidad la mayor cantidad de sucesos revolucionarios y de crecimiento casi que exponencial se han producido en los últimos tiempos. Para tener una mejor idea de las proporciones de tiempo quisiera citar una frase que vi en internet difundida por Greenpeace: “La tierra tiene 4,6 billones de años, si escalamos esto a 46 años, los humanos hemos estado aquí 4 horas, la revolución industrial empezó hace un minuto y en ese tiempo hemos arrasado la mitad de los bosques del planeta”. Si bien la idea difunde un pensamiento ecológico, empero, nuestro tema de análisis en este pequeño caso es económico, de lo contrario saldría muy extenso. Dentro de estos parámetros de tiempo se puede concluir de acuerdo al texto de Tim Harford, “Un millón de años de lógica”; que el crecimiento poblacional nos ha llevado a un punto en el cual el crecimiento geométrico de las cifras demográficas (presunciones maltusianas) alcanza patrones de crecimiento cada vez mayores y más rápido. Hecho que justifica de alguna manera la explosión en los últimos siglos (XIX, XX y actualmente) de los grandes avances y desarrollos de la humanidad bajo el precepto de que dos cabezas piensan mejor que una. De hecho, al menos hasta 1960 el mundo tenía casi el de doble de personas y el doble de tasa de crecimiento de población que el mundo de 1800, que, a su vez tenía casi el doble de personas y el doble de tasa de crecimiento de población que el mundo de 1500, y así sucesivamente hasta le edad de piedra (Harford, 2008). Pero aunque a lo largo del tiempo las cifras demográficas en el mundo han ido aumentando cada vez más debido a su carácter geométrico, los desarrollos tecnológicos y los inventos en general que han mejorado nuestra calidad de vida también lo han hecho puesto que cada vez somos más los cerebros que pensamos simultáneamente en un mundo que por cuyo carácter cada vez más acelerado, lo requiere. Algo interesante es que esto no se ha dado por igual alrededor de todo el globo terráqueo. Existen lugares que por diferentes externalidades han contado con mayor o menor densidad de población y que, según el texto, esta es la razón de que estén más atrasados que otras civilizaciones. Son territorios que han sido exitosos debido a la selección natural y la supervivencia del más fuerte, por así decirlo. Por ejemplo, si se realiza la comparación de las tribus indígenas de la América precolombina y la civilización de Europa occidental que vino a colonizar. A mi modo de ver las cosas, la idea de densidad poblacional con mayor crecimiento y desarrollo es hasta cierto punto bien fundamentada, pero no es del todo deseable. Esto se sustenta en el modo en que no todas las ideas beneficiosas e innovadoras son tenidas en cuenta, o si no ¿por qué seguimos usando carros que funcionan con gasolina si ya se han desarrollado tecnologías exitosas a base de electricidad? Los intereses interfieren mucho y dichos intereses están acabando con el planeta (refiriéndonos al aparte citado de Greenpeace). Si continuamos con este ritmo inventivo, ingenioso, pero codicioso, se va a terminar cumpliendo la premisa de Thomas Malthus en el cual no vamos a poder pasar del nivel de subsistencia. El planeta no va a aguantar nuestro ritmo vertiginoso mientras no acoplemos desarrollos de manera acorde con el ecosistema en el que vivimos. De no cambiar los medios que seguimos para obtener un fin como la mejor calidad de vida, la misma selección natural se encargará de desechar nuestras malas ideas y obligarnos a volver al buen camino. Eso, si todavía estamos a tiempo, de lo contrario estaríamos destinados a la extinción. Bibliografía Harford, T. (2009). La lógica oculta de la vida: como la economía explica todas nuestras decisiones (p. 347). Madrid: Ediciones Temas de Hoy.

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