martes, 28 de abril de 2015

La Internet y su impacto en la industria de la música

Tomado de: https://racionalidadltda.wordpress.com/2015/04/27/musica-gratis-gracias-al-internet/ Música gratis gracias al internet Publicado el abril 27, 2015 por experimentosemar • Publicado en Uncategorized • Deja un comentario 1119 Mayra Alejandra Cardenas Cancino El sector de la industria musical ha venido evolucionando rápidamente con el transcurrir del tiempo; se ha pasado por los discos a 78 revoluciones, los gramófonos de cuerda con un gran cuerno, los LP y los cassettes hasta lo que usamos hoy en día, como lo son los CDs y reproductores MP3. Esta rápida innovación, como todas las innovaciones, ha dejado muchos beneficios a los usuarios pero también ha hecho que parte de la industria se vea afectada; esto es lo que el economista Joseph Schumpeter denominó destrucción creativa. Uno de los instrumentos más utilizados en cualquier industria es el internet, nos ha facilitado la vida a todos, pero como recién mencioné, con las innovaciones siempre hay alguien que sale perjudicado, suceso que se vio reflejado en la disminución de las ventas de CDs y el libre acceso online parece haber afectado drásticamente al mercado de ventas de singles. [1] Programas como Napster, uno de los pioneros en distribución gratuita de archivos de música en formato MP3; lógicamente afectó el mercado musical, lo cual generó protestas y demandas por parte de las instituciones de protección de los derechos de autor; logrando principalmente que este tipo de programas se hiciera cada vez más popular y así obtener música sin cargo alguno. Aquí es donde entra en juego la estrategia empresarial, ya que, los consumidores en programas como Napster o Ares Galaxy encontraban dos cosas bien importantes, primero, música gratuita y segundo, mayor elección. Entonces, la situación era ceder ante los consumidores, ofreciendo música en línea a precios más bajos, además de una gran variedad y tratar de acabar con dichos programas, porque como lo mencionaba Diane Coyle en “Sexo, drogas y economía”, las tecnologías populares no desaparecen hasta que surge algo mejor. Por eso, hay una serie de empresas dedicadas a la música que están ofreciendo servicios de suscripción respaldadas fundamentalmente por las grandes corporaciones como Vivendi y Sony. De la misma manera en que se consideró la fotocopiadora una amenaza para las editoriales de libros; la industria musical, se siente amenazada por cómo todos los avances tecnológicos y el internet ofrecen música gratuita a los usuarios, pero citando de nuevo a Diane Coyle, “cuando los consumidores valoran el producto final, el problema está más relacionado con la distribución de los beneficios que su existencia”, por eso es que la industria defiende con duras tácticas su estatus quo. Otro punto que cabe mencionar es que esto ha incentivado a la piratería, pero encontramos en el mercado actual empresas como Spotify o Deezer que ofrecen música vía streaming de manera legal y gratuita, servicio que es subsidiado por anunciantes de todo tipo y está disponible para cualquier sistema operativo; y lo mejor es que con una conexión a internet de 256 kbit/s es suficiente. O como alternativa, también hay programas como iTunes que ofrecen gran variedad, dan la opción de escuchar una parte de la canción y se desea descargar es posible haciendo un mínimo pago por canción; ésta última teniendo una gran acogida gracias a que los consumidores tienden a preferir precios bajos y mayor variedad al momento de la elección; además ha sido una medida favorable para las empresas de la industria musical. En definitiva, si bien la batalla de la música en Internet todavía está lejos de finalizar, creo que la música jamás dejará de existir y seguirá circulando en la medida que la gente lo demande colándose por los medios de comunicación disponibles para alcanzar a sus clientes finales. La industria de la música aún sigue enfrentando un enorme desafío – como todas las industrias tradicionales en la Sociedad de la Información – el único camino que se puede seguir es el de adaptarse a los nuevos usuarios, a los nuevos formatos y las nuevas tecnologías, es decir, vender el mismo producto con una nueva estrategia. Bibliografía COYLE, Diane. (2004). Sexo, drogas y economía. Una introducción poco convencional a la economía. Madrid: Thomson. Parte I: Capítulo 5 Música. Notas [1] Coyle, D. (s.f.). Música. En Sexo, Drogas y Economía. Thomson.

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