domingo, 22 de junio de 2014

causalidad y correlación

TOMADO DE: http://racionalidadltda.wordpress.com/2014/06/21/no-todo-es-lo-que-parece-ser/ No todo es lo que parece ser Publicado el junio 21, 2014 por experimentosemar • Publicado en Aplicaciones • Deja un comentario 684 Isabel Cristina Saravia Martínez La percepción de las cosas que nos rodean, las situaciones y los diferentes entornos a los que nos enfrentamos continuamente nos permiten analizar la realidad y tener una explicación de ella basándonos en la observación, que por lo general es una observación plana o repetitiva de acuerdo a las experiencias preexistentes, que no nos permite ver más allá de lo que se encuentra a nuestra simple vista. En el libro Freakonomics, de Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner, se puede apreciar como esta observación plana puede ser refutada por una práctica y sencilla oración: “no todo es lo que parece ser”. Dentro de la idea de creer entender las cosas a partir de la superficialidad, entran en juego algunas definiciones que permiten a las personas entender y ver mucho más a fondo las cosas, desentrañando realidades y explicaciones que en nuestra mente natural no habíamos llegado a concebir de forma tan amplia y extraordinaria. Para alcanzar este nivel de percepción se hace necesario el uso de ciertos conceptos y definiciones que permiten al individuo dar este salto desde lo visible a lo oculto. Dentro de estas definiciones se encuentran los incentivos, la causalidad y la correlación. En primera instancia se encuentran los incentivos, los cuales son definidos como un medio de exhortar a alguien a hacer más algo bueno, y menos algo malo. Pero la mayor parte de los incentivos no surgen de forma natural. Existen tres clases de incentivos: económicos, sociales y morales [1]. Hay numerosos ejemplos de incentivos en la vida cotidiana, las leyes y las penas son un claro ejemplo, que conllevan a un patrón de comportamiento que nos permite de acuerdo a los parámetros morales y sociales comportarnos de buena manera, por lo tanto a causa de la existencia de castigos, sino actuamos u obramos de cierto modo, el individuo como maximizador de su bienestar optara por hacer aquello que mejor le convenga teniendo en cuenta sus preferencias. Por lo tanto, si a alguien le satisface hacer daño a otros, lo hará si para esta persona el hecho de ver sufrir a otro posee una mayor ponderación que el castigo que pueda recibir por haber cometido el crimen. Al respecto de los incentivos Steven Levitt y Stephen Dubner hacen claridad también en el hecho que a veces un incentivo no genera la respuesta esperada para quien lo diseña, debido al costo de oportunidad que este incentivo represente para cada individuo y lo motive a desviarse de hacer aquello que se tenía como objetivo por parte de quien plantea dicho incentivo. Con respecto a la causalidad y la correlación los autores son claros en que son dos términos absolutamente diferentes, pero que muchas personas e investigadores tienden a confundir constantemente y los toman en muchos casos como la misma cosa, Levitt y Dubner plantean que esto es lo que no permite a los individuos ver mucho más a fondo lo que se está observando y por lo tanto se sacan conclusiones distorsionadas o mal enfocadas de la realidad y de las situaciones objeto de estudio. La correlación indica como dos variables evolucionan juntas, mientas que la causalidad es una relación de necesidad de co-ocurrencia de dos variables [2]. Por lo tanto aunque una variable pueda explicar un fenómeno o un comportamiento no significa que esta sea la causante de dicho resultado. Una clara ilustración planteada por los autores al respecto es el hecho de que al nevar hace frio, pero puede hacer frio sin necesidad que este nevando, por lo tanto decir que la nieve es la causal del frio no es totalmente cierto y simplemente entre ambas hay una correlación. De acuerdo a lo anteriormente mencionado se hace necesario que para entender realmente todo tipo de situaciones ya sean de tipo económica o de cualquier otra índole que se presenten a diario, se debe hacer cabalmente uso de los conceptos ya mencionados, para dar una mejor interpretación y lograr así una óptima solución de dichas situaciones para darnos cuenta finalmente que no todo es lo que parece ser. Notas [1] Levitt, Steven y Dubner, Stephen. (2005). Freakonomics. Barcelona: Ediciones B. Pág. 30-31 [2] http://definicion.de/causalidad/

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